¿En qué reside la felicidad?
Hace
tiempo, nuestros antepasados creían en que algo era como era porque un ser
superior lo había hecho de esa forma, y por lo tanto no podía ser explicado de
otra manera que no fuese a través de la voluntad de los dioses. ¿Eran felices?
Podríamos decir que en algunos aspectos sí, ya que por ejemplo, muchos pensaban que la vida
en realidad no era más que un valle de lágrimas y qué tras ella les esperaba un
lugar en el que serían felices, si se lo ganaban realizando buenas acciones.
Eran felices, pues pensaban en la recompensa que les esperaba tras la muerte y
les hacía la vida mucho más llevadera.
Sin
embargo el mito calló en el olvido hace mucho tiempo atrás (no estoy hablando
de religión), surgió el pensamiento racional que se desentendía de la voluntad
de los dioses a la hora de hacer que las cosas fueran como fueran, el
pensamiento racional busca explicarlo todo de forma razonada. ¿Esto produce
infelicidad? ¿Si dejamos de creer en dioses y
pensamos, por poner un ejemplo, que la muerte es el final y que no hay
nada más somos infelices? No, para nada,
el pensamiento racional nace por la necesidad y curiosidad del hombre de querer
entenderlo y conocerlo todo, ¿acaso hay algo de infelicidad cuando entendemos
porque algo es cómo es? Cuando, por ejemplo, después de horas y horas mirando
la pantalla del ordenador intentando entender cómo funciona un programa, y por
fin, después de infinitos intentos fallidos logramos hacer lo que queríamos,
¿estamos felices o infelices? Pero entonces pensamos en la muerte, si no
creemos en dioses, y pensamos que la muerte es el final del todo ¿Somos
infelices? Independientemente de si eres creyente, quienes pueden pensar perfectamente
que Dios es una forma razonada de explicar las cosas, los agnósticos y ateos
podrían ser infelices al pensar en la muerte. Pero no deberían estarlo, la
felicidad no está en lo que haya después de la muerte o no, si no en lo que
vivimos ahora, lo que el razonamiento nos proporciona y la felicidad que nos
produce cuando llegamos a una deducción lógica. Debemos olvidar la muerte y
pensar en la actualidad, y recordar y disfrutar aquello que el pensamiento
racional nos ofrece.