sábado, 30 de noviembre de 2013

El pensamiento racional, el mito, ¿y la felicidad?

¿En qué reside la felicidad?


                Hace tiempo, nuestros antepasados creían en que algo era como era porque un ser superior lo había hecho de esa forma, y por lo tanto no podía ser explicado de otra manera que no fuese a través de la voluntad de los dioses. ¿Eran felices? Podríamos decir que en algunos aspectos sí, ya que por ejemplo, muchos pensaban que la vida en realidad no era más que un valle de lágrimas y qué tras ella les esperaba un lugar en el que serían felices, si se lo ganaban realizando buenas acciones. Eran felices, pues pensaban en la recompensa que les esperaba tras la muerte y les hacía la vida mucho más llevadera.


                Sin embargo el mito calló en el olvido hace mucho tiempo atrás (no estoy hablando de religión), surgió el pensamiento racional que se desentendía de la voluntad de los dioses a la hora de hacer que las cosas fueran como fueran, el pensamiento racional busca explicarlo todo de forma razonada. ¿Esto produce infelicidad? ¿Si dejamos de creer en dioses y  pensamos, por poner un ejemplo, que la muerte es el final y que no hay nada más somos infelices? No,  para nada, el pensamiento racional nace por la necesidad y curiosidad del hombre de querer entenderlo y conocerlo todo, ¿acaso hay algo de infelicidad cuando entendemos porque algo es cómo es? Cuando, por ejemplo, después de horas y horas mirando la pantalla del ordenador intentando entender cómo funciona un programa, y por fin, después de infinitos intentos fallidos logramos hacer lo que queríamos, ¿estamos felices o infelices? Pero entonces pensamos en la muerte, si no creemos en dioses, y pensamos que la muerte es el final del todo ¿Somos infelices? Independientemente de si eres creyente, quienes pueden pensar perfectamente que Dios es una forma razonada de explicar las cosas, los agnósticos y ateos podrían ser infelices al pensar en la muerte. Pero no deberían estarlo, la felicidad no está en lo que haya después de la muerte o no, si no en lo que vivimos ahora, lo que el razonamiento nos proporciona y la felicidad que nos produce cuando llegamos a una deducción lógica. Debemos olvidar la muerte y pensar en la actualidad, y recordar y disfrutar aquello que el pensamiento racional nos ofrece.

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