sábado, 8 de marzo de 2014

Dualismo y Monismo Cuerpo y Alma

Dualismo y Monismo Cuerpo y alma


            Desde hace mucho tiempo, el hombre siempre se ha hecho preguntas a las que quizá nunca tenga respuesta. Una de ellas, es el problema cuerpo-alma. ¿Quién no se ha preguntado alguna vez si somos solamente un cuerpo, o por lo contrario, también forma parte de nosotros algo llamado alma? Y en este artículo voy a intentar dar mi humilde opinión acerca de este tema, porque ya doy por supuesto que en ningún caso daré una respuesta a dicha pregunta, puesto que jamás podré hallar evidencias que respalden mi opinión y que demuestren que lo que digo es correcto o no.

            Me gustaría comenzar preguntándome qué es el alma. Descartes la definió como sustancia pensante, como algo inmaterial y que por lo tanto el ser humano era libre. Los monistas en cambio defienden que el ser humano es tan solo material, que está sujeto a las leyes físicas y que nuestra personalidad, nuestra forma de ser, de pensar, etc. No son más que un conjunto de variables que se han dado, variables que vienen definidas por la sociedad, el ambiente donde hemos nacido y vivido, con su respectiva cultura, etc. El ser humano por lo tanto no sería libre.

            Yo, pienso que esto no es así. Quizás sea tan solo que me aterra la idea de pensar que en realidad no soy más que una casualidad, que soy como soy porque no tengo otra opción... No, me niego. Sin embargo, no soy idiota, se que estamos hasta cierto punto determinados, pero creo que algo hace que no lo estemos del todo. Para mí, ese algo es el alma. Lamentablemente, no puedo demostrar que el alma exista, sin embargo, puedo pensar en ciertas cosas, que me dan una pequeña esperanza y me hacen pensar que no estoy loco.

            ¿Acaso nunca te has preguntado después de hacer algo, que podías haberlo hecho de otra manera? Para mí este es uno de mis argumentos, siempre tenemos múltiples opciones. Y no tenemos la opción de escoger varias, solamente una. Por supuesto, distintos factores influirán en nuestra elección sin embargo, en última instancia, independientemente de los factores que actúan sobre nosotros, hay algo, que nos da la libertad de elegir. Y es por eso que nos damos cuenta que podíamos haber actuado de otra manera.

            Por otra parte, puede que yo crea en el alma solamente para aliviar mi pena. ¿Qué pena? Pensar que tan solo somos materia, que no tenemos nada especial, que existimos durante un breve periodo de tiempo. Y que después de disfrutar o de sufrir la suerte que hemos tenido de existir, todo desaparece, se acaba, todo lo que hemos aprendido, sentido o vivido. Se pierde y volvemos de donde vinimos, a ningún sitio. Quizás, que yo crea en la existencia del alma, no sea más que un engaño que me hago a mí mismo para hacerme pensar que camino hacia algún lado y que todo lo que hago tiene algún sentido.

            La verdad es que nunca hallaré una respuesta, solamente divagó y tengo múltiples ideas con las que intentó convencerme a mí mismo de algo. Quiero creer que existe el alma, aquello que no está sujeto a las leyes físicas y que por lo tanto nos da esa gozosa libertad. Sin embargo, siempre tendré en mente cientos de ideas que contradicen la existencia del esta.

            Para concluir, me gustaría comentar, que me han intentado enseñar que el hombre siempre ha tenido algo en su interior que lo acerca a un ser superior, que busca a un dios. Esta idea hace tiempo era para mí otra evidencia de la existencia del alma, sin embargo, con el paso del tiempo también he aprendido que eso es un arma de doble filo. Hace tiempo también oí que el ser humano había utilizado a dios para explicar cosas que no entendía, a las que no encontraba respuesta, y actualmente podemos explicar perfectamente aquello que no entendíamos. Y es este razonamiento el que me lleva a pensar que quizás, ese algo que nos atrae a dios, no es si no más que un intento de explicar porque existimos, que es algo que no podemos explicar. Y entonces pensé que yo tenía aquella idea de que el ser humano está por naturaleza atraído a dios porque en la sociedad en la que crecí así me lo habían inculcado, estaba determinado a ello. Pero entonces me percaté de que, sin embargo, tenía amigos que aun habiendo crecido en  la misma sociedad que yo, eran ateos. Por retórico que parezca, hallé ahí otro argumento para defender la existencia del alma y de la libertad que nos proporciona. Puede que todos los razonamientos que haya hecho sean erróneos, y que el ser humano tan solo sea un cuerpo determinado, que no seamos nada, sin embargo, en mi interior. Siempre tendré ese pensamiento de que en realidad somos algo más que eso.

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